La interacción
del hombre con su entorno es un proceso manifiesto durante la evolución de esta
especie, a fin de su adaptación a los
cambios propios de la naturaleza.
Sin embargo
en función de ello, los humanos con sus propuestas a favor de la calidad de
vida y satisfacción de las cada vez más crecientes necesidades, generan efectos
con significativo impacto en su propia salud.
La industrialización y la circulación vehicular que
hoy se constata en numerosas ciudades, son dos factores de marcada incidencia
en el incremento de las enfermedades respiratorias a nivel de todos los grupos
etáreos.
En torno al
tema, a nivel de la Organización para las Naciones Unidas, se muestran datos a
tener en cuenta “la
contaminación en las ciudades contribuye a casi 3,4 millones de muertes
prematuras en todo el mundo”.
La mayoría de
las muertes por enfermedades respiratorias, cardiovasculares e ictus cerebral,
asociadas a la carga ambiental se
producen en los núcleos urbanos de China (1,4 millones), seguidos de la India
(645.000) y Pakistán (100.000).
La emisión de
dióxido de carbono y otros contaminantes son causantes ahora de que
aproximadamente siete millones de personas mueran prematuramente en el mundo
cada año, poniendo de manifiesto la conexión entre los cambios ambientales que
surgen del calentamiento global y las grandes amenazas a la salud.
El trabajo
doméstico e industrial del siglo XXI, tiene un elemento de uso múltiple, el
plástico en sus más diversas formas, y que tiene como uno de sus componentes a
los biofenoles, relacionados con la diabetes, a partir de la afectación del
mecanismo de síntesis y regulación de insulina.
Otras de las
formas mediante las cuales el hombre afecta su salud al intercambiar y
contaminar el entorno, son los ruidos, causantes de afecciones nerviosas y
psicológicas y la falta de potabilidad del agua cuando se vierten a las fuentes
del imprescindible líquido agentes químicos que provocan daños en diferentes
funciones orgánicas.
Hoy se impone
asumir una conciencia conservacionista de los recursos naturales y que las
transformaciones tengan una base sostenible y sustentable haciendo posible el
saneamiento, la eliminación de vectores y los riesgos emergentes provocados por
el cambio climático.
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